Pianista de éxito, enamorado de España y activista por una infancia segura. El británico James Rhodes ha unido todas estas facetas en su lucha contra los abusos a menores y, al mismo tiempo que reclama en su país de acogida una reforma legal para prevenirlos y castigarlos, pone en cuestión la actitud de la Iglesia.
El músico, que sufrió abusos de niño, critica en una entrevista con DPA el anuncio de la Conferencia Episcopal española sobre la creación de un grupo de trabajo para actualizar los protocolos a seguir en caso de detección de abusos en su seno. “Es ridículo. Es siempre la misma historia. Por supuesto dudo de las intenciones de la Iglesia (...) Es una de las instituciones más corruptas y peligrosas del mundo en lo que se refiere a niños y su seguridad”, afirmó desde Londres.
“Es obvio lo que la Iglesia debe hacer: es necesario que sean más abiertos, que protejan más a los niños, que trabajen con la Policía y los tribunales. Sabemos lo que es necesario y no lo hacen”, criticó.
Rhodes, que de niño fue violado por un profesor durante cinco años, se ha unido a organizaciones como Save the Children para reclamar medidas urgentes que protejan a los menores frente a los pederastas.
Rivalidades políticas
Quiere que España, donde reside desde hace algo más de un año, se convierta en abanderada en esta materia y, por ello, en agosto se reunió con el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y con su ministra de Justicia, Dolores Delgado, para pedirles la puesta en marcha urgente de la ley de protección a la infancia que el Ejecutivo prepara.
“Pedro Sánchez está trabajando muy duro. El problema es que todos los demás partidos políticos no quieren que saque adelante esta ley porque no quieren que se lleve el crédito”, aseguró el pianista, de 43 años. “Eso me saca de quicio. Es una ley que todo el mundo debería apoyar”, añadió. “Es muy triste, muy típico de los políticos. Esto no es sobre impuestos o exportaciones, es sobre salvar la vida de los niños”, lamentó.
Rhodes, que ha actuado en los teatros más importantes del mundo, destaca también la responsabilidad que tienen los medios, la publicidad y la sociedad en conjunto en todo lo que concierne a este asunto ya que, mientras hay un debate público sobre cómo proteger a los menores, abundan las imágenes de niñas y niños sexualizados.
“Esto tiene que terminar. Debe haber un cambio universal en la cultura que haga que todo el mundo actúe en el mismo sentido de respetar a los niños y protegerlos”, advirtió.
Tormentosa autobiografía
Rhodes hizo pública su historia en su primer libro, “Instrumental: memorias de música, medicina y locura” (2015), una tormentosa autobiografía en la que relata las consecuencias de haber sido violado reiteradamente desde los seis a los 11 años, pero también cómo la música (concretamente Johann Sebastian Bach) lo salvó de una pesadilla de autolesiones, psiquiátricos y adicciones.
Su poder curativo, el de la música, es algo que tiene presente todos los días. “Es de la única cosa de la que estoy absolutamente seguro”, sigue insistiendo al día de hoy.
El pianista rechaza la etiqueta de renovador de la música clásica que le han puesto y asegura que sólo se considera alguien que ama la música y cuyo único afán es “tocar el piano e intentar acercar esta música al mayor número de personas posible”.
Para ello, al inicio de su carrera decidió hablar durante los recitales y explicar detalles de las piezas que interpretaba, algo relativamente innovador en un mundo tradicional y cuadriculado. “La música es inmortal y no necesita cambiar, pero la presentación de esa música sí debe cambiar”, sostiene.
Bromas y elogios
En 2017, el británico se mudó a España, donde se convirtió en un personaje muy conocido, no sólo por sus conciertos, sus libros o su activismo, sino también por sus bromas en las redes sociales sobre las costumbres y la gastronomía del país, así como sus elogios desde una mirada distinta, externa.
“Siento que es mi lugar en el mundo. Es tan acogedor, me parece un milagro de país: tantas lenguas, tanta comida increíble... El tiempo y la gente son más agradables que los ingleses. Todo lo sientes cálido, confortable y relajado, que es lo que necesitaba desesperadamente. Estoy tan agradecido de haberlo encontrado”, dijo.
Algunos de sus comentarios sobre las croquetas o la tortilla de papa se hicieron virales en Twitter, donde tiene más de 150.000 seguidores y escribe en inglés, español e incluso gallego. “Twitter e Instagram me gustan mucho, he conocido a gente maravillosa”, asegura, pero advierte que las redes sociales no son la vida real y que pueden convertirse en algo bastante tóxico y destructivo.